Informe sobre el COLOQUIO
“Albert Camus, una visión y un pensamiento en evolución”
por Marie-Thérèse Blondeau y Agnès Spiquel (Vice-presidenta y Presidenta de la Société des Études Camusiennes)
“Reclamo el derecho a evolucionar”. A partir de esta frase de Camus; Inés de Cassagne organizó, del 23 al 25 de agosto 2010, con la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, en la Alianza Francesa, un coloquio internacional que resultó todo un éxito.
La primera mañana estuvo consagrada a las relaciones muy amistosas entre Camus y Victoria Ocampo, quien lo recibió en su casa cuando él viajó a América del Sur en 1949. Nos recibieron en esa bella casona de los alrededores de Buenos Aires, restaurada gracias a la UNESCO, que se ha convertido en un activo centro cultural. La visita nos permitió apreciar la irradiación de esta mujer fuera de lo común, y las huellas de su amistad con Camus, entre las cuales se destaca un ejemplar de L’Étranger con dedicatorias múltiples que van marcando las fechas de cada uno de sus encuentros.
Después se inició el coloquio propiamente dicho, en las excelentes instalaciones de la Alianza Francesa, cuya acogida y actividades honran verdaderamente a Francia. La asistencia, entre sesenta y cien personas según los días, se mantuvo constantemente atenta y cálida: una traducción simultánea en los dos sentidos, impecable, les permitió a todos seguir las conferencias, las comunicaciones y los debates.
Tres conferencias trazaron la evolución del pensamiento y la obra de Camus: el primer día, la de Marie-Thérèse Blondeau, “De la crisálida a la mariposa (1937-1947)”; el segundo día, la de Inés de Cassagne, “El equilibrio y mucho más (1948-1954)”; el tercer día, la de Agnès Spiquel, “Gloria y desesperación” (1954-1959)”. Dieciséis ponencias completaron el coloquio. Cabe notar ante todo la diversidad de los autores: una mayoría de argentinos, pero también un cubano, un mexicano, franceses, finlandeses, una alemana. Lo que llamó la atención fue el predominio del cuestionamiento filosófico y ético, en particular en torno a la noción de “révolte”. Las obras más mencionadas fueron los ensayos filosóficos, La Chute y El Primer Hombre.
Al final de la segunda tarde vimos, en representación privada, una muy buena puesta en escena de El Estado de Sitio; una docena de actores jóvenes hicieron resaltar la intensidad de esta obra, de la cual decía Camus que se le parecía más que ninguna, con los hallazgos de la puesta en escena y la excelencia de la actuación al servicio del texto; ¡y en español, El Estado de Sitio, que sucede en Cádiz, cobra un relieve asombroso!
Resulta imposible describir la excelencia de la organización, la calidez de la acogida, la delicadeza de las atenciones para con los invitados: Inés de Cassagne, sus amigos, sus discípulos, su familia, desplegaron tesoros que nos hace inolvidable esta estadía en Buenos Aires.
En su convocatoria al coloquio, Inés lamentaba que en 1949 Camus no hizo más que un alto en la Argentina por habérsele impedido dar la conferencia proyectada; “esta vez”, agregaba “queremos retenerlo más con nosotros”. Camus está bien vivo en la Argentina, y no hay duda de que este coloquio contribuye a darlo a conocer mejor aún en toda América Latina.
Invitamos a revisar en nuestra Biblioteca:
Actas del Coloquio 2010 en Buenos Aires “A.C.: una visión y un pensamiento en evolución»
CONVOCATORIA AL COLOQUIO por Inés de Cassagne
RESEÑA DE LAS ACTAS, por Jean-Louis Benezech (publicada por la revista PRÉSENCE de La SEC, la que tradujo Alicia Bermolén)